Yo que
he leído más libros
de los que puedas imaginar
sin aprender absolutamente nada,
ni una palabra,
encuentro en las calles
lo que los libros olvidan.
Hoy he visto
a un mendigo
jugar con un juguete
roto
que tiró algún niño
cuando abandonó su infancia
en pos de la realidad.
Y mientras aquel hombre
queriendo volver a ser niño
para olvidar la realidad.
Y vi a dos yonkis
abrazados
en su inexpugnable nada.
Y mientras el mundo
odiándose
con los estómagos llenos
con los bolsillos llenos
con los corazones
vacíos.
Esperando a que tropiecen
los demás
para esquivar
las piedras del camino.
Y mientras
oficinas muertas
y máquinas de café.
Autobuses llenos
de personas
vacías.
Y soledad.
Y soledad.
Y soledad.
Nadie puede
con su soledad.
Ni las putas
Ni los presidentes
Ni los asesinos
Mendigos
jugando a ser niños.
Yonkis
queriendo quererse
entere tanto
VACÍO.
Y la tristeza
de las oficinas.
Y el hastío
de los supermercados.
Y el dolor
de ser hombres
y no poder remediarlo.
(29-X-13)
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